La Catedral acogió una eucaristía por las víctimas de los recientes atentados en Barcelona y Cambrils.

Al comienzo de la misa se recordó la Nota de la Conferencia Episcopal para en primer lugar mostrar su cercanía y oración a todas las víctimas y sus familias. Asimismo manifestar el apoyo a toda la sociedad que es atacada con estas acciones,,,
Al mismo tiempo condenamos cada muestra de terrorismo, una práctica intrínsecamente perversa, del todo incompatible con una visión moral de la vida, justa y razonable. No sólo vulnera gravemente el derecho a la vida y a la libertad, sino que es muestra de la más dura intolerancia y totalitarismo.
Pedimos a todos los creyentes que eleven sus oraciones para pedir a Dios que conceda el descanso eterno a las personas fallecidas, restablezca la salud del resto las víctimas, consuelo a los familiares, llene de paz los corazones de las personas de buena voluntad y nunca más se repitan estas acciones despreciables.

La Catedral acogió una eucaristía por las víctimas de los recientes atentados en Barcelona y Cambrils. A partir del ejemplo de Jesús recordó el Obispo que “no se arregla la violencia con más violencia; no se puede vencer al mal devolviendo el mal”. En este punto, citando su escrito para las próximas fiestas del Cristo lagunero, enfatizó que los católicos “predicamos a Cristo crucificado. El mundo se salva por los crucificados y no por los crucificadores”, pidiendo a todos, en este sentido, “ser instrumentos de paz y de concordia”.

“Luchamos contra el poder del mal que se adueña del corazón y la mente de las personas”, incluso para esa “perversión tan terrible” que es “usar el nombre de Dios para hacer daño a otra persona, para hacer el mal”- aseveró.