Ante el inicio de una cierta recuperación de la normalidad de la vida eclesial y social, quiero en primer lugar dar gracias a Dios y a cuantos lo han hecho posible.
En la situación actual de pandemia, nuestras iglesias y otras dependencias tienen que ser lugares seguros. Para ello, es fundamental que, tanto los sacerdotes como los fieles, extremen las medidas de higiene y seguridad. Por eso, ante la grave responsabilidad que supone para todos prevenir el contagio de la enfermedad causada por el Covid-19, dispongo una serie de criterios y normas de prevención para la celebración del culto público en nuestra Diócesis Nivariense. Los mismos están en sintonía con la nota y las medidas propuestas por la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Española, teniendo en cuenta también algunas singularidades diocesanas.
Además, será necesaria una evaluación continuada que permita valorar su puesta en práctica y su modificación en las situaciones en que sea necesario, teniendo en cuenta lo que las autoridades sanitarias dispongan en cada momento.
A).- FASES DE APLICACIÓN
Fase 0: Se mantiene la situación actual. Culto sin pueblo. Atención religiosa personalizada acompañando de manera especial a las familias que han perdido a sus seres queridos. Preparamos en la Diócesis y en las parroquias la fase siguiente.
Fase 1ª: Se permite la asistencia grupal, pero no masiva, a los templos sin superar el tercio del aforo, con Eucaristías dominicales y diarias, respetando la distancia de seguridad. Habrá que dar preferencia al acompañamiento de las familias en el duelo.
Fase 2ª: Restablecimiento de los servicios ordinarios y grupales de la acción pastoral con los criterios sanitarios, organizativos -mitad del aforo, higiene, distancia de seguridad – y otras medidas que se refieren a continuación.
Fase 3ª: Vida pastoral, dentro de lo que se ha venido a denominar “nueva normalidad”, teniendo en cuenta las medidas necesarias hasta que se disponga de una vacuna para este coronavirus.
La fecha del paso de una fase a otra será determinada por las autoridades sanitarias.
B.- DISPOCISIONES DE CARÁCTER GENERAL
1ª) Recomendamos vivamente a los sacerdotes que instruyan a los fieles sobre la necesidad de observar estas recomendaciones de higiene, para que nuestros templos sean espacios seguros contra el contagio por coronavirus. Para ello, deben hacer visibles en los mismos algunos carteles explicativos para este fin.
2ª) Ante esta circunstancia, recordar que sigue en vigor en la Diócesis la dispensa del precepto dominical, invitando a la lectura de la Palabra de Dios y a la oración en las casas, convirtiendo a la familia en “iglesia doméstica”. Pueden beneficiarse de la retransmisión de la misa, a través de los medios de comunicación, quienes no pueden acudir al templo. Recomendamos a las personas mayores, enfermas, o en situación de riego que valoren la conveniencia de no salir de sus domicilios.
3ª) Se establece el aforo máximo de los templos (1/3 en la primera fase y 1/2 en la segunda fase), respetando siempre la distancia de seguridad.
4ª) En las Eucaristías dominicales, allí donde sea necesario y posible, evalúese aumentar el número de celebraciones con el fin de cumplir el aforo permitido en los templos.
5ª) Se exhorta a los fieles que hagan uso de la mascarilla con carácter general.
6ª) Las pilas de agua bendita continuarán vacías.
7ª) Se recuerda que en las muestras de devoción y veneración hacia las imágenes se debe evitar el contacto físico y hacerlo con una inclinación o reverencia.
8ª) En los despachos se atenderá a las personas con mascarilla, como mínimo durante la fase de desescalada; también se pedirá que quien venga la traiga.
9ª) Para el uso del aire acondicionado en el templo o en las dependencias parroquiales, por la posible propagación del virus, habrá que atenerse a lo que aconsejen las autoridades sanitarias.
10ª) En la preparación de los vasos sagrados, deben evitar el contagio por contacto y por gotitas provenientes de la boca o de la nariz. Para ello, deben lavarse las manos y utilizar mascarilla durante la preparación, con especial atención a las formas que serán consagradas para ser distribuidas a los fieles.
11ª) Conviene que los sacerdotes se laven las manos antes y después de la celebración.
12ª) Las personas que acompañan al sacerdote en el presbiterio deben reducirse al mínimo indispensable, velando siempre para que se mantengan las distancias de seguridad.
13ª) Con relación a las personas que han de estar en la sacristía o en el despacho parroquial, recomendamos que sean las estrictamente necesarias, organizando su paso por turnos y siempre utilizando mascarilla.
14ª) Si han de bendecir a personas u objetos, recomendamos a los sacerdotes evitar el contacto físico con los fieles o con el objeto que se ha de bendecir.
15ª) En caso de celebrar varios sacerdotes en la misma parroquia, recomendamos no compartir los mismos ornamentos ni vasos sagrados, así como evitar el beso del altar en las celebraciones.
16ª) En caso de que el sacerdote (o bien, el sacristán, acólito, ministro extraordinario de la comunión u otras personas que colaboran en la celebración) presenten síntomas respiratorios, tos, mucosidad, u otros síntomas catarrales o fiebre, deben evitar exponerse ante los fieles.
C.- DISPOSICIONES EN RELACIÓN CON EL TEMPLO
A la entrada de la celebración.
1ª) Es muy importante determinar bien el aforo permitido, que será de 1/3 en la primera fase del plan de desescalada y del 50% en la segunda fase. El aforo permitido debe contabilizarse en función de la dimensión del templo y la disposición de los bancos. Debe garantizarse una distancia 1,5 metros alrededor de cada uno de los fieles, excepto en el caso de las personas que convivan juntas, que podrán estar más próximos.
2ª) A la hora de disponer los bancos para respetar la distancia de seguridad, recomendamos separarlos, juntarlos a pares para evitar que sean ocupados o usar señalizaciones para que los fieles sepan dónde pueden sentarse. Puede ser muy útil que un voluntario asuma la responsabilidad de ir colocando a los fieles en los lugares permitidos.
3ª) Con respecto al tráfico de personas dentro del templo, recomendamos señalizar rutas en el suelo, para la entrada y para la salida, y sobre todo para organizar la fila a la hora de recibir la comunión. Conforme vayan llegando los fieles, el voluntario de orden les debe indicar que han de ocupar los bancos delanteros.
4ª) Para la entrada y salida de las personas, se ha de mantener las puertas del templo abiertas y fijas, de modo que no se tengan que tocar. Además, donde sea posible, colóquese un felpudo o paño con lejía diluida para limpiarse los zapatos, que se ubicará fuera del templo si el suelo es de mármol, así como ofrecer gel hidroalcohólico para las manos.
Durante la celebración.
1ª) Evitar los coros musicales en las parroquias: se recomienda mantener un solo cantor o algunas voces individuales y algún instrumento. No habrá hoja de cantos ni se distribuirán pliegos con lecturas o cualquier otro objeto o papel.
2ª) El cestillo de la colecta no se pasará durante el ofertorio de la Eucaristía, sino que algunas personas responsables lo ofrecerán a la salida de la misma, siguiendo los criterios de seguridad señalados, o se arbitrará algún medio con las medidas correspondientes, para que quien quiera pueda depositar su ofrenda (por ejemplo una mesa con una cesta o alcancía). Ante la situación de emergencia por el Covid-19 y de las muchas necesidades de las parroquias se recomienda que los fieles hagan también sus aportaciones económicas por otros medios nuevos (portal www.donoamiiglesia.es, recibos domiciliados, transferencias bancarias, cepillos electrónicos o bizum).
3ª) El cáliz, la patena y los copones estarán cubiertos con la “palia” durante la plegaria eucarística.
4ª) El sacerdote celebrante desinfectará sus manos al empezar la plegaria eucarística (canon) y, junto con los demás ministros de la comunión, antes de distribuirla.
5ª) El saludo de la paz debe sustituirse por un gesto evitando el contacto directo.
6ª) El diálogo individual de la Comunión (“El Cuerpo de Cristo”. “Amén”), se pronunciará de forma colectiva después de la respuesta: “Señor, no soy digno…”, distribuyéndose la Comunión en silencio.
7ª) En cada templo establézcase, de acuerdo con sus singularidades y partiendo del criterio de la mayor seguridad sanitaria, el modo de distribuir la Sagrada Comunión y guardar las distancias requeridas. Han de darse las orientaciones oportunas a los fieles sobre la importancia del momento. La Comunión se recibirá en la mano, excepto que las personas tengan algún impedimento, en cuyo caso comulgarán en último lugar.
8ª) En el caso de que el sacerdote fuera mayor, han de establecerse ministros extraordinarios de la Eucaristía para distribuir la Comunión, solicitándolo al Obispado o instituyéndolos “ad casum” según las normas litúrgicas.
9 ª) Los sacerdotes mayores que tengan dificultades para celebrar la Eucaristía en sus parroquias serán sustituidos por otros sacerdotes, de acuerdo con el Vicario Episcopal correspondiente.
A la salida de la celebración.
Establecer la salida ordenada del templo con la ayuda de personas o voluntarios responsables, evitando agrupaciones de personas en la puerta y hacer corrillos tanto dentro como a la salida del templo.
D.- DISPOSICIONES EN RELACIÓN A LA LIMPIEZA DEL TEMPLO
1ª) En relación con la limpieza del templo, las personas encargadas deben utilizar guantes y mascarillas. Se han de tener en cuenta las indicaciones dadas por la Delegación Diocesana de Patrimonio respecto a los productos a utilizar y la forma de hacerlo.
2ª) Ha de ponerse especial atención en la limpieza de los bancos, sobre todo los que han sido ocupados en la celebración. Es muy útil usar un pulverizador.
3ª) Si se ha utilizado papel de protección de micrófonos, hay que cambiarlo a diario.
E.- DISPOSICINES PARA OTRAS CELEBRACIONES
1ª) Sacramento de la Reconciliación y los momentos de escucha de los fieles: además de las medidas generales, se ha de escoger un espacio amplio, mantener la distancia de seguridad asegurando la confidencialidad. Tanto el confesor como el fiel deberán llevar mascarilla. Al acabar, se aconseja reiterar la higiene de manos y la limpieza de las superficies, a menos que se celebre el sacramento de pie.
2ª) Bautismo: Rito breve. En la administración del agua bautismal, hágase desde un recipiente al que no retorne el agua utilizada, evitando cualquier tipo de contacto entre los bautizados. En las unciones del óleo de los catecúmenos y del crisma, se puede utilizar un algodón o bastoncillo de un solo uso, incinerándose al terminar la celebración. Durante el tiempo de la pandemia se recomiendan los bautismos individuales.
3ª) Confirmación: Se ha de aplazar su celebración al comienzo del curso pastoral a partir del mes de septiembre. En caso de urgencia o necesidad, en la crismación se puede utilizar un algodón o bastoncillo, como se ha indicado en el caso del bautismo. Obsérvese la higiene de las manos.
4ª) Matrimonio: Los anillos, arras, etc., deberán ser manipulados exclusivamente por los novios. Manténgase la debida prudencia en la firma de los novios y los testigos, así como en la entrega de la documentación correspondiente.
5ª) Unción de enfermos: Rito breve. En la administración del óleo de los enfermos puede utilizarse un algodón o bastoncillo como se ha indicado anteriormente. Los sacerdotes muy mayores o enfermos no deberían administrar este sacramento a personas que están infectadas por coronavirus. En todo caso, obsérvense las indicaciones de protección indicadas por las autoridades sanitarias correspondientes.
6ª) Las exequias “de cuerpo presente” se realizarán siguiendo las disposiciones de las autoridades sanitarias vigentes en el momento de realizarlas. En cuanto a las otras misas de difuntos se seguirán los mismos criterios de las eucaristías en general. Aunque sea difícil en estos momentos de dolor, hay que insistir en evitar los gestos de afecto que implican contacto personal y la importancia de mantener la distancia de seguridad.
F.- DISPOSICIONES EN RELACIÓN A LAS VISITAS AL TEMPLO PARA LA ORACIÓN O LA ADORACIÓN DEL SANTÍSIMO.
1ª) Los templos podrán estar abiertos según el horario que establezca la parroquia. Ahora bien, en cualquier caso se han de garantizar las medidas sanitarias requeridas y las disposiciones dadas anteriormente para las celebraciones.
2ª) Seguir las pautas generales ofrecidas, evitando la concentración y señalando los lugares para la oración y la adoración.
3ª) No se permiten las visitas turísticas ni deambular por el templo en las fases 1ª y 2ª de la desescalada.
G.- DISPOSICIONES EN RELACIÓN A LA UTILIZACIÓN DE LAS DEPENDENCIAS PARROQUIALES PARA REUNIONES O SESIONES FORMATIVAS.
1ª) En la 2ª fase las reuniones en dependencias parroquiales seguirán las pautas utilizadas para las reuniones culturales previstas por el Ministerio de Sanidad, que permiten un máximo de 1/3 de aforo en lugares cuyo aforo habitual es de 50 personas, respetando la distancia de seguridad y la utilización de mascarillas.
2ª) En la 3ª fase el aforo pasa a ser de 1/2 en lugares de un aforo habitual de 50 personas y de 1/3 en lugares de un aforo habitual de 80 personas en las mismas condiciones y con la utilización de mascarillas.
H.- APLICACIÓN E INTERPRETACIÓN DE LAS DISPOSICIONES.
Para la aplicación e interpretación de estas disposiciones y medidas, o para las dudas que puedan surgir, los sacerdotes se pondrán en contacto con la Vicaría General.
I.- ENTRADA EN VIGOR DE ESTAS MEDIDAS.
Este decreto entrará en vigor en cada una de las islas en el momento que se inicie la llamada 1ª fase de la desescalada.
Dado en San Cristóbal de La Laguna, a 05 de mayo de dos mil veinte.
† Bernardo Álvarez Afonso
Obispo Nivariense