LA FIESTA DE LA CRUZ EN CANARIAS

El 3 de mayo, festividad de la Santa Cruz, es una fecha importante en el calendario de numerosos pueblos del Archipiélago Canario, cuyas calles se hallan sembradas de cruces y de capillas. El origen y los motivos de esta celebración son diversos, pudiéndose encontrar diferentes hipótesis que lo expliquen. Dentro del ideario más ancestral del cristianismo1 , Jesucristo simboliza el fruto de la vida que, tras su muerte, renace en primavera2 . El árbol, al igual que Jesús, es el símbolo de la fuerza que, a través de sus raíces, mantiene y nutre el cosmos3 . Esta integración en un mismo culto del árbol y de la cruz explicaría el color verde que algunas de estas cruces presentan4 , aunque este hecho también se asocia con el color de las velas que los penitentes empuñaban en los autos de fe de la Santa Inquisición5 . Otra hipótesis, por el contrario, relaciona esta festividad con la fecha en que la tradición señala que Santa Elena encontró en el Gólgota los restos de la cruz de Cristo, el 3 de mayo de 326 d.C.6 . Además y, en estrecha relación con el día de la Cruz, está la celebración de las «Vírgenes de Mayo», donde a María se la homenajea con oraciones, cánticos y ofrendas florales, enlazando directamente con la tradición de enramar las cruces7 . La Cruz, por otro lado, también cumple un papel esencial en el Vía Crucis, y en este sentido desde los primeros tiempos se convirtió en una de las devociones más difundidas en las islas gracias al establecimiento en el Archipiélago de los franciscanos8 . Esta Orden solía instalar un Vía crucis que normalmente terminaba en un Calvario, colocando en cada una de sus estaciones una cruz de madera de grandes dimensiones, que se fijaba en el suelo o se colgaba en la pared de una casa9 .

En La Palma y en Tenerife el día de la Cruz posee carácter fundacional, puesto que coincide con la conmemoración del día de la conquista por parte de los españoles. Así el 3 de mayo de 1494 los palmeros rememoran el día en que el Adelantado Alonso Fernández de Lugo capturó al último caudillo rebelde de La Palma y alzó en Terote la Cruz, símbolo de la victoria, donde celebró la misa fundacional de Santa Cruz de La Palma, mientras que en Tenerife, el 3 de mayo del año siguiente, en el campamento del Adelantado en Añaza se celebraba la misa fundacional de Santa Cruz de Tenerife. Allí se enarboló la cruz y se erigió un altar adornado con flores y hierbas olorosas10. Pero, en La Laguna la fiesta de la Cruz no está vinculada a ninguno de estos hechos, sino a la exaltación del santo madero11.

Existe documentación que nos confirma que la celebración en Canarias del Día de la Santa Cruz en mayo se remonta al siglo XVI12. A la fiesta religiosa le acompañaban una serie de actos festivos, típicos de las celebraciones de primavera. Uno de ellos eran los espectáculos con toros que fueron prohibidos en 1785, pero los más populares eran las danzas13, especialmente las llamadas «de los esparteros», por llevar los danzantes calzado de esparto, además de caretas de guerreros, ya que la fiesta estaba asociada con el fuego y la llama, simbolizando la idea de purificación. En la misma línea se quemaban hogueras y fuegos de artificio, costumbre que aún hoy en día se sigue conservando en muchas localidades del norte de Tenerife, sobre todo en Los Realejos14. Esta celebración con el tiempo se convirtió en la festividad principal de numerosos pueblos, provocando la aparición de las hermandades de la Misericordia, que se encargaban de custodiar y dar culto a la Cruz. Es significativo el caso de la Hermandad homónima de La Orotava, conocida como la de las Doce Casas, porque en un momento concreto exigió el trato y los favores propios de la alta nobleza, provocando tan airadas protestas en el pueblo que el caso llegó a manos del rey15. Sin embargo los cambios que surgieron en la sociedad tinerfeña a raíz de la Ilustración, así como la consolidación del Régimen Liberal, harán que la solemnidad de la fiesta de la Cruz desaparezca, aunque se mantuvieron los festejos populares de las enramadas16. La Fiesta de la Cruz también centra gran parte de las actividades festivas de muchas regiones de la España peninsular y de Canarias. Así en Burguillos y Villafranca de los Barros, en Extremadura, y en El Hierro la costumbre consiste en adornar una especie de altar con una mesita, donde se coloca una cruz cubierta de flores17, pero será en Los Realejos (Tenerife) donde ésta posea mayor peso en su tradición, pues el pueblo que «fue propiedad del Adelantado Fernández de Lugo» tenía como suya la Cruz de la Conquista, contabilizándose todavía hoy en día en su territorio más de 103 cruces «regadas» por sus caminos18. También en el Puerto de la Cruz y Santa Cruz19, ciudades que llevan este símbolo en su toponimia, el día 3 de mayo es festivo. En el Puerto de la Cruz se conmemora la fundación de la ciudad por Real Orden del rey Felipe IV de 3 de mayo de 165120, engalanándose tanto las capillas como las numerosas cruces que cuelgan de las fachadas de muchas de sus casas21. Pero esta festividad no se vio limitada únicamente al territorio insular, sino que también se trasladó a tierras americanas de manos de emigrantes canarios, como lo atestigua la fuerte devoción que existe en el pueblo cubano de Cabaiguán22.

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* El presente trabajo es fruto de la labor de investigación, dirigida por el profesor Juan Sebastián López García, Departamento de Arte, Ciudad y Territorio, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
1 REVILLA, Federico (1990): Diccionario de iconografía. Cátedra, Madrid, pp. 105-106.
2 HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Manuel Vicente (1990): La religiosidad popular en Tenerife durante el siglo XVIII. La Laguna, Tenerife, p. 162.
3 REVILLA, F. (1990). Op. cit., pp. 39-40. GALVÁN TUDELA, Alberto (1987): Las fiestas populares canarias. Santa Cruz de Tenerife, p. 144.
4 HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, M.V. (1990). Op. cit., p. 165.
5 ANÓNIMO: «Las capillas de Cruz abren hoy sus puertas de historia y tradición». El Día, Santa Cruz de Tenerife, 3 de mayo de 1997. ANÓNIMO: «El color verde recuerda a las velas del Santo Oficio. Las cruces de Aguere, símbolos entre la fe y la superstición». El Día, Santa Cruz de Tenerife, 3 de mayo de 1990.
6 LÓPEZ ISLA, Mario Luis (1996): Festividades de origen canario en Cabaiguán. Don José Garcés, un realejero en Cuba. Excmo. Ayuntamiento de Los Realejos, Tenerife, p. 23.
7 JIMÉNEZ SÁNCHEZ, Sebastián: «La cruz, el ‘Mayo’ y la ‘Maya’». Falange, Las Palmas de Gran canaria, 4 de mayo de 1955, p. 6.
8 HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, M.V. (1990). Op. cit., p. 165.
9 DOMÍNGUEZ, Esteban: «La fe en la cruz motiva a los realejeros». El Día, Santa Cruz de Tenerife, 3 de mayo de 1998.
10 LÓPEZ ISLA, M.L.(1996). Op. cit., pp. 23-24.
11 Idem, p. 25. 02 Alejandro Armas y otros.pmd 46 01/08/2006, 10:42 LAS CAPILLAS DE CRUCES DE LA LAGUNA 47
12 GARCÍA, Carlos (1991): Temas históricos, costumbristas y tradicionales. Cabildo Insular de Tenerife y Centro de la Cultura Popular Canaria. Santa Cruz de Tenerife-La Laguna, p. 79.
13 HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, M.V. (1990). Op. cit., p. 166.
14 JIMÉNEZ SÁNCHEZ, S.: «La Cruz, el ‘Mayo’...» Art. cit.
15 DARIAS Y PADRÓN, Dacio V.: «Típicas fiestas laguneras: la Santa Cruz de Mayo». El Día, Santa Cruz de Tenerife, 3 de mayo de 1958.
16 HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, M.V. (1990). Op. cit., p. 172.
17 Idem, p. 152.
18 GALVÁN TUDELA, A. (1987). Op. cit., p. 144.
19 COLA BENÍTEZ, Luis: «La Santa Cruz y el Barranco de Santos». El Día, Santa Cruz de Tenerife, 15 de mayo de 1994. LUIS YANES, María Jesús y SÁNCHEZ HERNÁNDEZ, José María (1995): La Historia de Santa Cruz de Tenerife. Excmo. Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, Cabildo Insular de Tenerife y Centro de la Cultura Popular, La Laguna.

LA FIESTA DE LA CRUZ EN LA LAGUNA

Como ya se ha señalado, el motivo de la Cruz ha gozado de gran tradición en Tenerife y la ciudad de los Adelantados no constituye una excepción, coexistiendo las que se enclavan en los cruces de caminos, junto con las capillas propiamente dichas, o las que se cuelgan sencillamente de las paredes de muchos de sus edificios.

Son numerosas las cruces que aún se conservan diseminadas por la ciudad, datando la más antigua de 1560. Se trata de una cruz de piedra que se colocó en la Plaza de San Cristóbal, probablemente en el lugar donde en la actualidad se localiza la imagen de La Milagrosa. En 1697 un temporal la derribó, por lo que el Cabildo de la isla acordó ejecutar una nueva siguiendo el modelo original23. En el año 1951 se le dio traslado al lugar que hoy ocupa, dando nombre a esa zona, que popularmente se la conoce como «Cruz de piedra».

Asimismo desde la calle Marqués de Celada hasta la zona de San Lázaro (donde está la Cruz del Calvario), localizamos nueve cruces de madera que, descansando en alguna pared o en la fachada de una vieja casa, han conseguido sobrevivir al paso del tiempo24, y que cada año, siguiendo con la tradición, son enramadas por su festividad. Igual acontece en las afueras de Aguere, cerca de Guamasa, donde se localizan algunas, destacando la conocida como «Cruz Chica». La leyenda cuenta que fue levantada por el pueblo en memoria de las personas asesinadas con motivo de la tradición de los lloros, costumbre que consistía en cantar versos de afrenta a la novia que estaba próxima a casarse25. También los dos conventos laguneros de clausura femeninos conservan antiguas cruces, que han sido hitos importantes para la historia de la ciudad. Así, el de Santa Clara cobija la cruz de madera en la que en torno a 1500 llegó la emblemática escultura del Cristo de La Laguna. Ésta contiene grabada una pintura al óleo del crucificado, con cartela inferior donde se lee: circa, 1720-1740, Cristóbal Hernández de Quintana (atrib.)26. En 1724 fue colocada en un nicho del convento, pero actualmente su estado de conservación no es muy bueno debido a que en el pasado los fieles sustraían astillas que aplicaban a los enfermos, alegando que la cruz poseía milagrosas propiedades curativas27. Por su parte el de Santa Catalina guarda como una reliquia la cruz que sor María de Jesús, «la siervita de El Sauzal», cargaba de joven sobre sus hombros en señal de penitencia y sacrificio28.

La trascendencia popular que fue adquiriendo la fiesta de la Cruz provocó no sólo la aparición de Hermandades como la de la Misericordia, que antes mencionábamos, sino también la construcción de pequeñas capillas que albergasen y magnificasen este elemento devocional. Según Rodríguez Moure, en La Laguna existieron siete capillas, de las cuales hoy sólo subsisten cinco29. La mayoría se levantaron en el siglo XVIII, a excepción de la mencionada cruz de piedra, que databa de finales del siglo XVI o principios del XVII. Tres de ellas fueron construidas por diferentes gremios, caso de la de los Plateros, ubicada en la calle de San Juan; la de los Herreros, en el camino que lleva a Tejina, y la de la calle Anchieta, mandada a construir por el labrador Diego Hernández de Villavicencio. El motivo de estas construcciones era por devoción, o con carácter expiatorio. Así, las tres citadas responden a la devoción de sus comitentes, mientras que la Cruz Verde y la que se levantó en el solar donde antaño se encontraba la casa de mancebía (hoy desaparecida) eran de tipo expiatorio30.

A diferencia de las Capillas de Calvario, que se ubican en zonas rurales, las de cruz poseen un carácter urbano, localizándose en los límites de la ciudad (excepto la de Rodríguez Moure), todas en el cruce de caminos. Son edificios de pequeño tamaño, de planta aproximadamente cuadrangular, rematadas por techumbre a cuatro aguas, con cubierta de teja. En el interior un altar, donde antiguamente se celebraba misa, presidido por una cruz de plata repujada, siguiendo los esquemas ornamentales más próximos a los andaluces que a los castellanos31. A veces también cobijaban imágenes de diferentes advocaciones y calidades artísticas, tanto lienzos como esculturas. De todas ellas, la más rica en la actualidad es la de Rodríguez Moure, ubicada en la calle Anchieta, mientras que la de San Francisco sólo conserva la cruz, y la de San Juan tiene imágenes devocionales que datan del siglo XX, pero carentes de valor artístico.

La tradición cuenta que cada capilla tenía un número variable de mayordomos de ambos sexos, que se encargaban de enramarla y adornarla cada dos de mayo, así como de retirar los ornamentos la tarde del día cuatro32. Hoy en día de estas labores se hacen cargo particulares, que velan por su mantenimiento, así como de abrirlas cada año por el día de su fiesta.

La mayoría de las cruces de capilla son de madera pero revestidas con chapas de plata repujada. Según Jesús Hernández Perera esta costumbre nació en el siglo XVII alentada por la especial devoción que sentía el pueblo tinerfeño hacia el Cristo de La Laguna. La fama de esta escultura provocó la aparición de gran número de exvotos y de regalos destinados al convento franciscano de San Miguel de las Victorias que la albergaba. Una de las ofrendas más antiguas fue —precisamente— la cruz de madera revestida de planchas de plata, burdamente grabadas con rayas cruzadas, que en 1630 donó junto con los clavos de plata que sujetan las manos y pies de la imagen, el señor de La Gomera y El Hierro, don Francisco Bautista Pereira de Lugo. A partir de estas fechas se generalizó este tipo de cruces de plata, siendo especialmente destacadas las labradas en el siglo XVIII.33

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20 GUIGOU COSTA, Diego: El Puerto de la Cruz y los Iriarte. Tenerife, MCMXLV, p. 7. BARROSO, Nicolás, RODRÍGUEZ, Melchor, HERNÁNDEZ, Hilda y CALERO, Emma: «Fiestas de Mayo». Programa de las Fiestas de Mayo. Puerto de la Cruz, 1981, p. 3.
21 CALERO RUIZ, Emma, HERNÁNDEZ MOLINA, Hilda y RICHTER, Ricardo: Las cruces del Puerto de la Cruz. Área de Cultura del Organismo Autónomo Local, Excmo. Ayuntamiento del Puerto de la Cruz. Puerto de la Cruz, 1999.
22 LÓPEZ ISLA, M.L. (1996). Op. cit., p. 23.
23 BARBUZANO, D.: «Cruces con historia». El Día, Santa Cruz de Tenerife, 3 de mayo de 2005.
24 ANÓNIMO: «Las capillas de Cruz abren hoy sus puertas...». Art. cit.
25 Ibidem. 02 Alejandro Armas y otros.pmd 48 01/08/2006, 10:42 LAS CAPILLAS DE CRUCES DE LA LAGUNA 49
26 GALANTE GÓMEZ, Francisco José (2003): «Primitiva cruz del Cristo de La Laguna», en AA.VV.: Lumen Canariense. El Cristo de La Laguna y su tiempo, vol. III. Catálogo de la Exposición, Tenerife, p. 336.
27 BARBUZANO, D.: «Cruces con historia...». Art. cit.
28 Ibidem.
29 RODRÍGUEZ MOURE, José (1935): Guía histórica de La Laguna. Instituto de Estudios Canarios, La Laguna-Tenerife, pp. 186-187. El capítulo dedicado a las capillas de cruces es el referente básico para la consulta de este tipo de inmueble, dado que hasta el momento no ha sido objeto de estudios más profundos (nota de los autores).
30 GARCÍA, C. (1991): Temas históricos, costumbristas... Op. cit., p. 80.
31 HERNÁNDEZ PERERA, Jesús (1955): Orfebrería canaria. Instituto Diego Velázquez, Madrid, p. 277. 02 Alejandro Armas y otros.pmd 49 01/08/2006, 10:42 ALEJANDRO ARMAS DÍAZ Y OTROS 50
32 HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, M.V. (1990). Op. cit., p. 165.
33 HERNÁNDEZ PERERA, J. (1955). Op. cit., pp. 276-277.

 

Estracto del trabajo: LAS CAPILLAS DE CRUCES DE LA LAGUNA* Alejandro Armas Díaz, Arminda Arteta Viotti, María Teresa Concepción Masip, Jairo J. López Pérez, Raquel Palmero Barreto y Mayra Rodríguez Sosa

La Pontificia, Real y Vble Escalvitud del Stmo. Cristo de La Laguna, ha participado con la elaboración de la cruz, a continuación les ofrecemos las siguientes imágenes: